Todo lo que leemos,discutimos y sentimos ahora ,nuestra tierra esta de moda ante su destrucción.
De las manos se salio el control , todos aquellos procesos quimicos y de extremo consumo ; la hacen parecer a un extenso desierto,basurero y campo de lucha.
Todos los que la han vuelto dinero y consumo,no responden y aquellos que con amor tratan de controlar su destrucción,se quedan solos como niños con sus barcos de papel.
Nos escondemos de nuestras responsabilidades y pensamos que aquellos que la han tenido como botín y negocio,son ahora sus salvadores.
Los extremos cambios de clima,las inundaciones,el calor insoportable,las olas que ya destruyen nuestra casa en la playa o lo poco que queda de los nevados;solo ahora nos asombra.
Cuanto tiempo y experimentos,cuantos millones y millones de galones de gasolina quemados y solo el orgullo de nuestro nuevo carro nos mueve.
Tanta energía transformada en basura por la sola necesidad de empacar y empacar lo desempacado,para que aquellos que destinamos a la miseria pueda vivir en sus ratoneras de infamia.
Cuanta obesidad tiene que pesar nuestra tierra y solo por necesidad física o estética pensamos en los extremos y no en el acto ecológico y razonable de tomar lo necesario,para que quede al necesitado y humilde.
Tenemos que dejar los extremos y no sufrir porque somos extranjeros en lo propio.
Esa conciencia de su finito,tiene que nacer del alma y no del temor a perder un poco mas del consumo.
Para estos ,que le legamos lo propio,no puede estar razonado en lo mediocre,sino en lo sublime de nuestra madre tierra.
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